Formato Pregunta frecuente Pregunta frecuente

¿ Por qué no tengo deseo sexual con mi pareja si me sigue gustando?

visitas 564 Visualizaciones

Hay varias causas o razones por las que nos podemos sentir con falta de deseo hacia nuestra pareja.

-Asuntos pendientes entre nosotros o discusiones no resueltas: aunque haya sido nuestra decisión no hacer más caso a aquello que pasó, si realmente es algo importante para nosotros/as, se quedará como un asunto pendiente y afectará a la relación. Estará en el fondo y de alguna manera influirá en mi deseo de estar cerca de esa persona o compartir la intimidad, ya que si contacto con mi sentir aflorará el daño de lo no resuelto. Para esto, es importante dar a las cosas el valor que tienen, y aunque sea algo que paso hace tiempo, si afecta, es importante resolver. Expresar, comunicar y aclarar para que esa necesidad emocional que hay tras ese daño pueda ser respetada y resuelta.

-Monotonía: puede que el día a día, las miles de cosas que tenemos que hacer, hagan que no le dediquemos tiempo y valor a la sexualidad. La falta de creatividad o  innovación, puede hacer que vivamos nuestra sexualidad en pareja como algo aburrido o algo demasiado previsible. Aquí sería conveniente ampliar nuestra comprensión de qué es la sexualidad, ya que no sólo es el coito o implica los genitales, es una mirada, una caricia, un juego de complicidad y mucho más. Atrevernos a probar cosas nuevas, a ver al otro desde otra mirada, comprender que es algo que se construye entre los dos y que como cualquier cosa que realizamos necesita ser valorada, atendida y cuidada.

-Miedo a expresar los propios deseos o fantasías:  por vergüenza o por miedo a ofender al otro. Aquí la clave está en el cómo se comunique, tener cuidado en que no se realicen comparaciones ni se creen expectativas. Compartir  desde el juego y el respeto, saber que la fantasía es fantasía, y que algunas se podrán llevar a cabo y que otras no. Muchas veces el hablar sobre sexo ya resulta excitante, ya no se trata de la práctica de la fantasía en sí, sino de crear el contexto íntimo en la relación en la que este encuentro sexual satisfactorio tenga cabida.

-Pobre comunicación: El sexo es otra manera de comunicarnos. Y la comunicación nos aleja o nos acerca a los demás. Si siento que mi pareja "no me entiende", seguramente en el campo sexual, tengamos la misma sensación. Normalmente hablamos sobre las cosas concretas, pero no sobre cómo estas  nos afectan, cómo las percibimos o qué queremos decir con ello. Como cada persona le da un significado particular a aquello que dice, es importante que la comunicación sea completa y se cuide, de esta manera nos podremos entender mejor. Preguntar todo lo que necesitemos para aclarar lo que entendemos y dar el mayor detalle posible a lo que comunicamos para ayudar a que la otra persona nos entienda.

-Falta de autonocimiento sobre la propia sexualidad, saber qué es lo que me gusta y qué no: muchas veces por tema culturales, religiosos, familiares, existe la creencia de que el sexo es tabú, y aunque vivamos en una sociedad hipersexualidaza siguen habiendo ciertos aspectos de la sexualidad que mantenemos como algo negativo. La masturbación y la propia auto-exploración de la propia sexualidad de lo que me gusta y lo que no, ayuda mucho en la construcción de la sexualidad en pareja, ya que de este modo podremos ayudar a que el otro aprenda cómo hacer las cosas. Si yo no sé qué necesito para llegar a mi orgasmo, más difícil será que la otra persona lo descubra, ya que cada persona lo experimentamos de forma única y distinta, y por mucha experiencia que tengamos de otras relaciones, no tiene porque servir.

-Creencias limitantes de cómo debe de ser la sexualidad en pareja: la sociedad, el cine, la literatura, directa e indirectamente nos dice cómo debe ser la sexualidad y cómo debemos comportarnos. Esto nos lleva a crearnos expectativas de cómo tienen que ser las cosas y cuando las experimentamos, podemos vernos frustrados, porque nos "medimos y comparamos con ellas". Es importante reconocer que lo que "me venden o muestran" no es una realidad, es un producto para consumir, y no debemos confundirlo con nuestra propia realidad, sino nos aferraremos a un ideal o a una fantasía y desaprovecharemos nuestra propia realidad y todas las posibilidades que esta nos ofrece.

-Enfermedad y medicación: en muchas enfermedades, y en muchos tratamientos médicos y hormonales, uno de los efectos secundarios es una falta de deseo. Esto es importante detectarlo y tenerlo en cuenta, ya que me puedo ver exigiéndome a mí o a la otra persona, algo que por una cuestión orgánica no puede alcanzar. En este caso, lo prioritario es visitar al médico o a un especialista para que indique qué se debe hacer.

-Otros problemas en la vida: a veces pensamos que vivimos las cosas por separado, es decir, que los problemas del trabajo no tienen por qué afectar a la familia, o que los problemas personales no tienen por qué afectar al trabajo, y esto no es cierto. En nosotros reside todo, todos nuestros roles, todas nuestras facetas y por lo tanto todos nuestros asuntos pendientes o problemas. Es común que unas áreas o situaciones afecten a otras. Un problema o preocupación constante, nos resta capacidad de atención a otras cosas, nos resta disponibilidad y  contacto con el presente.

-Autoestima desordenada: el concepto que tenga sobre mi, si soy o no una persona atractiva, sensual, etc., afectará en cómo me muestro al otro y en cómo vivo mis experiencias sexuales. Lo mismo puede suceder si no acepto o no estoy satisfecho/a con mi cuerpo o con mi feminidad/masculinidad. Desde una perspectiva natural, somos perfectos, ni nos falta ni nos sobra nada, pero la mayoría estamos influenciados por lo que socialmente se espera de nosotros/as como hombre/mujer y si creemos que no encajamos, nos restará seguridad a la hora de mostrarnos.

-Experiencias sexuales negativas o insatisfactorias. Lo que hayamos vivido y cómo nos hayamos sentido influye directamente en nuestra sexualidad. Si hemos tenido experiencias que no han sido satisfactorias o nos hemos aburrido (no ha sido placentero, no he tenido orgasmos, no me he sentido deseado/a, etc.), o la otra persona nos ha tratado de una manera que nos ha hecho sentir mal con nosotros/as mismos (juzgando, comparando, exigiendo, presionando, etc.), hará que nos predispongamos de manera negativa  a las siguientes experiencias sexuales, por creer que se pueden repetir. Cada persona y cada encuentro es distinto, se construyen cosas distintas y es importante saber esto. De la misma manera, es importante que si sentimos que hay experiencias que han sido traumáticas y que no hemos superado, que acudamos a un profesional para que nos ayude a resolver o superar. Nosotros/as somos los responsables de cómo vivimos y disfrutamos nuestra sexualidad, de tener o no orgasmos, somos nosotros los que tenemos que pedir y expresar qué nos gusta, qué no, qué queremos y qué no. El dejar a la otra persona la responsabilidad de darnos placer no va en nuestro beneficio y lo único que puede pasar es que nos veamos frutrados una y otra vez.

Comentarios
Comentarios · 0
Imagen de perfil del usuario registado
Situaciones relacionadas
Situaciones relacionadas

Este recurso esta relacionado con estas situaciones, ¿te has encontrado alguna vez en alguna de ellas?

Recursos del mismo autor
Recursos el mismo autor