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pasión

La pasión es una palabra que utilizamos todos en nuestra vida cotidiana. Normalmente, la empleamos para referirnos a esa emoción intensa y poderosa que nos impulsa a realizar nuestras acciones y a perseguir nuestros sueños. Sin pasión, para muchos la vida sería increíblemente aburrida. Solo iríamos por la vida arrastrados por la inercia del día a día, sin ningún verdadero sentido de propósito. La pasión nos impulsa a esforzarnos más para lograr algo grandioso y nos hace únicos, permitiéndonos destacar entre la multitud y llenar nuestra vida de significado.

Sin embargo, es curioso observar como, -originariamente-, esta palabra significaba "padecimiento" o "sufrimiento" en las grandes lenguas mater de nuestra civilización moderna: el latín y el griego antiguo. Concretamente, la palabra pasión viene del latín passio ("sufrimiento"), y de patior, ("sufrir"). A su vez, encontramos en el griego antiguo el verbo πάσχειν (paskhein, "sufrir") y el sustantivo πάθος (pathos) ("dolor, sufrimiento, condición, muerte"). Recordemos en este sentido la gran obra cinematográfica que relata la vida de Jesús de Nazaret, especialmente su enorme padecimiento: "La pasión de Cristo."

Este giro de significado invita a reflexionar profundamente sobre la pasión, ya que muchas veces empleamos dicho término para referirnos a nuestra vocación profunda, la cual inspira e impulsa nuestros sueños y deseos.
¿Será entonces que esos deseos y sueños que tenemos provienen de nuestro padecimiento o sufrimiento? Es un tema interesante abierto a la reflexión para que compartamos y aprendamos juntos. 

Generalmente, la pasión se considera como una de las emociones más poderosas que podamos experimentar como seres humanos. Nos puede impulsar a hacer cosas increíbles y a cumplir grandes metas. Muchos incluso aluden a la pasión como la razón por la cual merece la pena vivir, y a menudo se considera a la pasión como aquello que nos hace sentir realmente vivos y con un propósito que nos oriente.

Sin embargo, la pasión es considerada como una espada de doble filo. Se puede usar para construir y crear, o para destruir y generar dolor o sufrimiento. Como todo en la vida, podemos emplearlo de manera positiva o negativa, ya que nos puede motivar a hacer grandes cosas o nos puede llevar por un camino oscuro. Es importante, por tanto, ser consciente del poder de la pasión y canalizarla adecuadamente. 

A través de la fuerza de la pasión, podemos superar obstáculos aparentemente insuperables. Nos anima a ser constantes y a dar lo mejor de nosotros mismos para lograr aquello que para nosotros es importante. Cuando estamos apasionados por algo, suele ser que estemos dispuestos a hacer el esfuerzo extra para conseguirlo. Nos quedaremos hasta tarde y nos levantaremos temprano. Haremos lo que sea necesario para hacer realidad nuestros sueños. Por eso, en muchos lugares se asocia a la pasión con una llama encendida en lo profundo de nuestro interior.

Sin embargo, la pasión también puede llevarnos a ignorar nuestro propio bienestar en pos de nuestros objetivos. Nos podemos enfocar tanto en lo que estamos tratando de lograr que olvidemos nuestras propias necesidades. También nos podemos obsesionar tanto con nuestras metas que perdamos de vista lo que realmente es importante para nosotros. Es por ello que grandes pensadores a lo largo de la historia de la humanidad nos han sugerido que la razón interceda y regule en temas de la pasión, para no ser presos de ella y poder emplear su energía poderosa sabiamente.

Por tanto, la manera en que canalicemos esta fuerte emoción o sentimiento es bastante relevante. Si la encauzamos de forma calmada y creativa, nos puede ayudar a crear, construir, mantenernos y materializar aquello por lo que creamos que merece la pena dedicar nuestra energía. Por contra, si la canalizamos de forma negativa, nos conduce a la obsesión, a la pérdida de ubicación en la realidad y a una extrema polarización sobre aquello por lo cual nos obsesionamos. 

Además, la naturaleza de la pasión puede ser diversa: a veces, es efímera y otras duradera. En cualquier caso, se la describe como un sentimiento poderoso, intenso e inclusive abrumador. 

Si antiguamente la palabra pasión significaba padecimiento o dolor, ¿tal vez a través de este concepto convertimos nuestro dolor y sufrimiento en algo constructivo, en un impulso que nos ayude a dotar de sentido nuestra historia personal, convirtiendo aquello que ha sido o es nuestro padecimiento en algo que se transforma como el abono para las semillas y consigue florecer y fructificar? 

Quizá, por ello, convertimos todo aquello que más nos ha costado, dolido o marcado en nuestras vidas precisamente nuestras profesiones para utilizar ese aprendizaje y experiencias en aras de ayudar o facilitar el camino a otros que transiten sendas parecidas a la nuestra. Tal vez, de ahí venga la asociación entre dedicarte a tu pasión y el mundo profesional, ya que justamente de lo que más has padecido o sufrido, te has hecho experto y conocedor en profundidad. Por ejemplo, véase la frase: "No conocerás a nadie que le falte trabajo y que sea apasionado en lo que hace."

En consecuencia, muchos de los recursos que encontraremos en esta página se refieren, principalmente, al uso más común en la actualidad de la pasión como aquello en lo que orientar tu propósito vital o incluso tu vida profesional, si bien es cierto que podemos encontrar otras asociaciones comunes, como: pasion amor, pasion amistad y pasion compasion. 

Por ejemplo, la pasión y el amor son dos de las emociones más poderosas que un humano puede sentir. Ambos pueden conducir a resultados positivos, como la felicidad y la satisfacción personal, pero también pueden conducir a resultados negativos, como el dolor y el sufrimiento. La pasión a menudo se describe como una emoción fuerte y absorbente. Es la sensación de estar profundamente enamorado de alguien o algo. La pasión puede conducir a la felicidad y la satisfacción si es recíproca. Sin embargo, si uno está apasionado por algo que no puede alcanzar, o si el objeto de su pasión no reciproca sus sentimientos, puede conducir a la frustración y el dolor. El amor, por otro lado, suele describirse como una emoción más suave y reconfortante. El amor es más sobre el cuidado de alguien o algo y querer lo mejor para ellos. El amor puede conducir a la felicidad y el cumplimiento, pero también puede conducir al dolor y al sufrimiento si el amor no es recíproco. Si bien la pasión y el amor pueden conducir tanto a resultados positivos como negativos, ambos son sentimientos poderosos que pueden tener un efecto profundo en la vida de una persona.

Respecto a la pasión y la amistad, ambas son dos estados emocionales muy potentes en nuestras vidas. Pueden hacernos sentir felices y satisfechos, pero también conducirnos al dolor y al padecimiento. Mientras que la pasión se considera como absorbente y abrumadora, la amistad es más suave y sirve de apoyo. Aunque ambos suelen ser intensos y hermosos, son bastante diferentes a la vez. La pasión suele estar impulsada por el deseo físico, mientras que la amistad se construye sobre la confianza y la conexión emocional. El carácter pasional se considera caliente y espontáneo, mientras que la amistad es más lenta y duradera; y al mismo tiempo, la pasión puede ser emocionante y peligrosa, cuando en cambio la amistad es segura y tranquilizadora, de naturaleza calmante y reconfortante. 

Por otro lado, y fijándonos en la composición de la palabra, pasión y compasión también son dos términos enormemente relacionados, pues si etimológicamente la pasión es sufrimiento, la compasión es la habilidad para conectar y sentir el sufrimiento de los otros. Ambos términos nos hacen reflexionar sobre el dolor y el padecimiento, tanto propio como ajeno.

La pasión, en definitiva, es una emoción muy intensa y poderosa que puede impulsarnos a hacer cosas increíbles y a superarnos a nosotros mismos, pero también impulsarnos a la obsesión, al peligro y a la destrucción. En nuestra responsabilidad está el saber utilizar con sabiduría y consciencia esta herramienta, ya que nuestra forma de relacionarnos con ella será siempre un reflejo fiel de nuestra relación con nosotros y con la vida. 

Os invitamos a compartir todos juntos las reflexiones que tengáis acerca de la pasión y sus diferentes temas relacionados. Cada perspectiva es única y aporta matices diferentes, enriqueciéndonos los unos a los otros. 

De manera que: ¿Qué es la pasión para ti? ¿Crees que es una emoción buena o mala? ¿Cómo crees que impacta en nuestras vidas? ¿Crees que puede vivirse sin pasión? Y también, estas preguntas pueden ser interesantes para reflexionar y autoconocernos: ¿Qué te apasiona? ¿Eres capaz de controlar tu pasión a veces te controla ella a ti? 

Cada herramienta es una oportunidad para reflexionar y autoconocernos profundamente, en un proceso evolutivo, cambiante y constante. Sirva la herramienta y espejo de la pasión aquí para ello. ¡Te escuchamos!


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