Me resulta difícil mantener la calma cuando mi hijo se pone hiperactivo

A menudo, la vida nos lleva a situaciones que nos desafían y nos sacan de nuestra zona de confort, como puede ser lidiar con la hiperactividad de un hijo. En estos casos, es crucial recordar que, aunque no podemos controlar todas las circunstancias, sí tenemos el poder de controlar cómo respondemos a ellas.

Es importante recordar que la hiperactividad de su hijo no es un reflejo de su capacidad para ser padre o madre, ni de su valor ... Leer más como persona. Es simplemente una circunstancia que está presentando una oportunidad para aprender y crecer.

Al sentirse frustrado o impotente, en lugar de resistirse a estas emociones, permítase sentirlas. No se juzgue por experimentarlas. Son parte de la experiencia humana y nos ofrecen una valiosa información sobre lo que necesitamos y lo que nos importa.

Al mismo tiempo, es crucial mantener un enfoque de auto-compasión. Trate de recordar que está haciendo lo mejor que puede con las herramientas que tiene en este momento. No se exija perfección. En su lugar, reconozca sus esfuerzos y sea amable consigo mismo cuando las cosas no salgan como esperaba.

Para manejar situaciones de estrés, la práctica de la atención plena puede ser una herramienta muy útil. La atención plena nos permite estar presentes en el momento, reconociendo nuestras emociones y pensamientos sin juzgarlos. Nos permite responder a las situaciones de una manera más calmada y consciente, en lugar de reaccionar impulsivamente.

Recuerde, cada situación que enfrentamos en la vida es una oportunidad para aprender más sobre nosotros mismos y para crecer. Esta situación con su hijo puede ser una oportunidad para aprender a manejar el estrés, a practicar la paciencia y a cultivar la compasión, tanto hacia su hijo como hacia usted mismo.

Si se siente abrumado y necesita más apoyo, no dude en buscar ayuda. Puede ser útil trabajar con un profesional del bienestar que pueda proporcionarle herramientas y estrategias para manejar esta situación. Recuerde, pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de fuerza. Es un reconocimiento de que valoras tu bienestar y estás dispuesto a tomar medidas para cuidar de ti mismo. Y eso es algo de lo que puedes estar orgulloso.